14 de abril de 2009

El Precio del Éxito

José Luis Ortiz, Artículo publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", el día Viernes 3 de Abril de 2009, p. 9.


“El fracaso no me sobrecogerá jamás, si mi determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa.”


Og Mandino


¿Cuántas veces nos damos por vencidos a la primera sobrándonos pretextos, justificaciones, excusas, -mentiras con apariencia de verdad- para no insistir, porque en el fondo no queremos pagar el precio? ¿Sabemos lo que queremos?, ¿Estamos conscientes de lo que cuesta llegar? El esfuerzo y la disciplina son la colegiatura que debemos pagar para lograr alcanzar la meta. El precio implica un arduo trabajo que consiste en tener que cargar con un peso y realizar un esfuerzo. Todos decimos que queremos lograr éxitos, pero tarde o temprano nuestro nivel de actividad debe alcanzar nuestro nivel de intención. Hablar de éxitos es una cosa, pero hacer que éstos ocurran es otra muy distinta. Por esa razón tenemos que forzarnos en el presente para sentir el dolor leve de la disciplina. De cualquier forma deberemos sufrir uno u otro dolor - el dolor de la disciplina, o el dolor del pesar o remordimiento - pero la diferencia es que el dolor de la disciplina pesa solamente gramos comparado con el dolor del remordimiento que pesa toneladas. El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso; sino el conformismo y la mediocridad disfrazados en forma de excusas, pretextos o justificaciones ante los demás y ante nosotros mismos que nos dejan estancados en una zona de confort aparente y que nos inmovilizan a la acción, por ejemplo cuando se tiene un trabajo mediocre que apenas proporciona un salario para sobrevivir, porque al menos se tiene algo que es mejor que nada. O cursar sin pena y sin gloria una carrera profesional con tal de tener después de cierto tiempo un documento que acredite ciertas “competencias” profesionales.

¿Por qué no hacer un segundo esfuerzo cuando no se tienen los resultados esperados a la primera oportunidad? ¿Por qué darnos por vencidos tan pronto? Si se tiene suficiente determinación seguramente se alcanza el éxito. Los principios que se aplican a la formación de un equipo de futbol pueden aplicarse a casi cualquier aspecto de la vida. Por ejemplo a las ventas: lo bien que se lleve la pelota y si se logra o no un gol depende de unas cuantas reglas básicas. Generalmente somos mejores vendedores de lo que pensamos. Sí, todos somos vendedores: de imagen, ideas, proyectos, servicios o productos. Nuestros estándares están determinados por nuestro sistema de creencias, así, normalmente somos mejores de lo que pensamos. Muchos pensamos que no somos tan buenos y esas creencias y actitudes limitantes, nos impiden en muchas ocasiones alcanzar el éxito. Tales declaraciones pueden estar disfrazadas de verdad, tal como sucede en la aparente sabiduría popular, cuando se enuncian frases como “árbol que crece torcido, nunca su tronco endereza”. Estas falsas ideas derivan en actitudes inadecuadas, ya que si ya hemos crecido y somos así, sería inútil cambiar, sencillamente porque creemos que no podremos hacerlo.

El mejoramiento de nuestro sistema de creencias que define nuestros estándares, además de la actividad disciplinada, son dos piezas claves que forman parte del precio que debemos pagar para alcanzar el éxito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.