15 de junio de 2009

Necesitamos líderes, no jefes

“Comienzo con la premisa de que la función del líder es producir más líderes, no más seguidores.”

Ralph Nader


En cualquier grupo humano se requiere de líderes, no de jefes, para construir relaciones sanas y personas plenas, realizadas y felices, dentro de un grupo, empresa, institución o nación.

Existen tres caminos para hacer que un equipo realice su trabajo: La autoridad, el poder o la influencia. Quien ocupa una posición de jefatura, dispone de la autoridad y el poder para hacer que otros hagan lo que tienen que hacer, no por auténtica disposición ni con entusiasmo, sino por imposición. La autoridad y el poder apenas alcanzan para que la gente haga su trabajo porque lo tiene que hacer.

Si como jefe se necesita premiar o castigar, la persona se encuentra inmersa en una transacción con el otro, no en una relación. La influencia tiene que ver con la posibilidad de que la gente haga su trabajo por su cuenta con verdadero entusiasmo, porque es el líder quien invita a la tarea; porque el líder mismo es una invitación al logro porque no recurre al poder y a la autoridad para lograr que la gente se mueva hacia el logro de objetivos.

Si se actúa con el poder y la autoridad que confiere un nombramiento y se cree que esa investidura es suficiente para conformar al gusto el pequeño planeta en el que se impera, entonces, se es un jefe. El jefe inspira miedo, se le teme, se le da vuelta; se le sonríe de frente y se le critica de espaldas; tal vez se le odia en secreto. El líder inspira confianza, inyecta entusiasmo, envuelve a los demás en aire de espontánea simpatía, da poder a su gente; cuando él está presente fortalece al grupo. El líder da el ejemplo, trabaja con los demás, como los demás y para los demás; es congruente con su pensar, decir y hacer; su deber es el propio de todos, va al frente marcando el paso. Un jefe conforma a un grupo de “seguidores”; en cambio, el líder conforma a un grupo de líderes. El jefe hace del trabajo una carga; el líder, un privilegio. El jefe, se da el lujo que le confiere su autoridad de llegar con demoras y en el mejor de los casos llega a tiempo; el líder llega por adelantado, mostrando a sí mismo y a sus colaboradores que el liderazgo empieza con el liderazgo de uno mismo, con responsabilidad y compromiso personal además de la responsabilidad y el compromiso con el grupo. Siempre antes, un paso adelante, una mirada más allá que sus colaboradores. No hay nada más desmotivante para la conducta del grupo que un jefe que pretende aprovecharse de los demás y colgarse los galones que otros han conseguido, de asumir los logros del grupo como suyos.

¿No deberíamos empezar por el emplear el nombre correcto en las empresas e instituciones para el puesto de la persona que debe liderar a un verdadero equipo? ¿No deberemos llamarlos líderes en lugar de “jefes” si verdaderamente ejercen las funciones del liderazgo? Esta designación debe ser acorde con la conducta de la persona. Si ejerce el mandato solamente por nombramiento, deberá llamarse jefe; si ejerce el liderazgo por su congruencia y ejemplo, debe llamarse líder, que es la expresión amplia del amor al prójimo y el espíritu de servicio a los demás.

La autoridad estará en crisis y los resultados se encontrarán en grave riesgo cuando quien manda se contenta con ser un jefe, sin comprometerse verdadera, lógica y genuinamente en convertirse en líder. Lo que necesita un grupo, grande o pequeño; es tener al frente, no a un oportunista arrogante, sino a un servidor sincero.


Publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", el día 12 de Junio de 2009, p. 2.

14 de junio de 2009

Libro recomendado

Heroic Living Book Trailer, by Chris Lowney. Para ver el promocional de este estupendo libro, acceda a la siguiente liga de youtube: http://www.youtube.com/watch?v=oU-bdlsuksc

12 de junio de 2009

Nuestro país es pobre porque mostramos, en general, actitudes pobres

A continuación reproduzco el mensaje que un colega me ha enviado y que me parece pertinente incluir en el blog, -lo reproduzco en cursivas para no violar derechos de autor-:


Estimadísimo José Luis:

Usted que es un ícono en este tema de los valores, ética y política:

** Una nota interesante de nuestra entorno:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/604309.html

** Y hablando de temas profundos como el plagio ó copy-paste... ideal para tema de conversación con nuestros alumnos:

http://contracorrientemx.wordpress.com/2009/06/12/antonio-sola-plagia-video-del-psoe-en-la-campana-de-fernando-elizondo-a-la-gubernatura-de-nuevo-leon/
http://www.fernandoelizondo.org/index.php?option=com_content&task=view&id=129&Itemid=131

Víctor Romero

10 de junio de 2009

El liderazgo de excelencia es un esfuerzo diario


José Luis Ortiz*


“Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra.”

George Bernard Shaw


Lo que se requiere hoy en día es algo mucho más complejo que el manejo empresarial de antaño, en el que el jefe era el jefe y se hacía lo que él decía y punto. Actualmente el manejo no es suficiente; hoy en día, el mundo se mueve con una velocidad vertiginosa y lo que se requiere es liderazgo. Quien posee esta competencia, ayuda a la gente a desarrollar todo su potencial, establecer una visión de futuro; alentar, preparar y conducir, y también iniciar y mantener relaciones interpersonales exitosas.

Todo liderazgo comienza por el liderazgo de sí mismo. Solo quienes conocen sus debilidades pueden enfrentarse a ellas e incluso superarlas. Los profesionales, gerentes y directivos cuyas carreras se estancan por falta de confianza en ellos mismos pueden renovar su trayectoria ascendente si identifican y atacan sus debilidades. Sin embargo nadie puede hacer que otro se conozca a sí mismo, por lo que los líderes tienen que hacerse ellos mismos. Mientras nuestras debilidades permanezcan ocultas, somos impotentes ante ellas. El proceso, a veces doloroso de sacarlas a la luz del día y entenderlas, es el primer paso para superarlas.

El líder no se deja guiar por la escala de la oportunidad, sino por la calidad de la respuesta; está comprometido deliberadamente en extraer de cada momento hasta el último ápice del potencial y tiene el talento para determinar cuando el compromiso se multiplica. Ninguna misión es motivadora mientras no sea personal, por lo que se hace responsable de su propio destino, de su propia vida, de su futuro; se traza metas y actúa para alcanzarlas, intentando aprovechar las escasas o elevadas oportunidades actuando inteligentemente. Se ha hecho responsable de sus acciones, se ha deshecho de las excusas, pretextos y justificaciones que le impiden utilizar su verdadero potencial.

Sabe que sus creencias determinan sus expectativas y que éstas influyen en su forma de actuar y su manera de actuar afectará los resultados que obtiene en su vida. Sabe que hay cosas en la vida que nunca aprenderá a menos que corra ciertos riesgos, que lo intente y si fracasa: aprende y lo vuelve a intentar aplicando los aprendizajes de los fracasos anteriores; porque el verdadero enemigo del éxito no es el fracaso, sino la mediocridad –el síndrome de lo estrictamente necesario–. No le importa cuántas veces caiga, si se levanta el mismo número de ocasiones.

Sabe que en lugar de solo desear que las circunstancias sean distintas, saca de ellas el mejor partido; en lugar de esperar que se presenten las oportunidades de oro, encuentra oro en las oportunidades disponibles. No es víctima de las circunstancias, él crea sus propias circunstancias.

Reconoce que las crisis personales son oportunidades extraordinarias de aprendizaje y crecimiento personal; de esta forma, la adversidad se convierte en buenaventura, el fracaso en sabiduría, el error en aprendizaje y si le hace retroceder, seguramente le prepara para dar un salto mayor hacia su autosuperación y la de la gente que le rodea.

Conoce que, en gran medida, sus competencias de liderazgo serán las que definan cuánto éxito habrá de lograr u cuán feliz habrá de ser.


Artículo publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", 5 de Junio de 2009, p. 9.

El Bono Educativo (II)

José Luis Ortiz*

Este sistema permite eliminar la administración centralizada del Estado y la creación de un mercado competitivo en la educación.

Si se establece el monto del bono de acuerdo al nivel educativo y desempeño de los alumnos, manteniendo un mínimo que garantice la obligatoriedad de la educación básica, se estarían estimulando elevados niveles de aprovechamiento mediante montos más elevados a los buenos estudiantes, con accesos que pudieran ser incluso gratuitos, a los centros educativos de excelencia. De esta forma se promueve una cultura de calidad y un círculo virtuoso: alto desempeño, mejores escuelas, mejor calidad educativa, mejor calidad de vida.

Existen funcionando esquemas similares de financiamiento en varios países del mundo, con las modalidades propias que cada nación ha ido adaptando.

En España, específicamente en la Comunidad Valenciana, se ha utilizado para los niveles preescolar y primario en escuelas concertadas de carácter privado, en los que los padres de familia inscriben a sus hijos con esta subvención estatal.

En Suecia, este sistema se aplica para toda la educación primaria y secundaria y ha generado un cambio revolucionario a nivel de la demanda y la oferta educativa.

Chile ha sido uno de los países latinoamericanos que ha asombrado al mundo con su política económica, imitada por muchas naciones - entre ellas México - en su sistema de pensiones privadas, como en el caso del bono educativo, cuya ejecución se ha visto afectada por la entrada y salida del poder de diversas corrientes políticas.

Colombia lo ha utilizado principalmente porque los recursos destinados a la enseñanza secundaria no estaban llegando a todos los poblados de la nación y buscaron nuevos modelos más eficaces y eficientes de distribución presupuestal.

En nuestro país, este tema no es nuevo y existen varios autores y legisladores que han insistido en las bondades de este sistema de financiamiento, a la vez de un medio para mejorar la calidad educativa, sustentado en la competitividad de las instituciones públicas y privadas por un mercado cuyos clientes lógicamente buscarán la mejor relación beneficio/costo. Roberto Salinas León, Adolfo Gutiérrez Chávez, Erick Guerrero Rosas, Ricardo Salinas Pliego y Juan de Dios Castro Muñoz, quienes han afirmado en diversas ocasiones el carácter impostergable de la Reforma Educativa.

Con el bono educativo se lograrían dos objetivos: uno fiscal y otro personal. En el primer caso se lograría detener de una forma importante el derroche en el gasto educativo; y por el otro lado se dotaría a los padres de familia y a los educandos de la libertad de elegir las escuelas que les parezcan más convenientes para su futuro. La tesis es que el efecto neto de esta ecuación sería mejorar la calidad de la oferta educativa, y por lo tanto, a la larga, del nivel de bienestar de la sociedad.

Una de las consecuencias esperadas más importantes sería que los padres se involucren más en la educación de sus hijos, toda vez que adquieren el derecho de elegir, y seguramente estarán muy interesados en que su decisión sea la más acertada. La actitud de los alumnos mejora, y los progresos académicos no tardan en aparecer.

Las escuelas comprobarían también que las cosas no pueden continuar funcionando igual, que si no mejoran, paulatinamente se verán disminuidos sus recursos. Y muy probablemente se verán forzadas a reducir su gasto de gestión al mínimo, para poder destinar mayor esfuerzo y recursos a la educación efectiva.

Con el bono educativo, podremos esperar una mayor calidad en la oferta educativa y como consecuencia la posibilidad de tener en México el sistema educativo de excelencia que reclama la sociedad para sus jóvenes en formación, cuya evolución pueda producir el cambio que nuestro país demanda, hacia un mejor futuro para nuestros hijos.


Publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", 29 de Mayo de 2009, p. 9.