9 de octubre de 2011

¿Por qué plantearse objetivos?

(Primera Aportación en el Portal Informativo del Sistema)

Muchas personas viven en el vacío existencial, sin saber por qué y para qué están viviendo, pues la vida carece de razón si no conocemos hacia dónde nos dirigimos. Víktor Frankl, en su libro "El hombre en busca de sentido" concluyó que los prisioneros que sobrevivían a las duras condiciones de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, no eran los más fuertes, jóvenes o inteligentes; sino aquellos que sabían exactamente lo que iban a hacer una vez que abandonaran sus prisiones, quienes tenían metas -razones poderosas para vivir-. Existen modelos que demuestran la relación existente entre la manera de pensar de una persona, su comportamiento y sus logros

Merece la pena recordar el fragmento de ese cuento fabuloso de Lewis Carroll: "Alicia en el País de las Maravillas", en el que Alicia se encuentra con el gato sonriente:
Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato.
-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.
-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte -aseguró el Gato-, si caminas lo suficiente!

Para no llegar a "alguna parte" con las implicaciones que esto conlleva, debemos partir de preguntas como: ¿A dónde queremos llegar? ¿En cuánto tiempo nos proponemos alcanzar esa meta? ¿Qué estamos haciendo ahora, para llegar a dónde queremos dentro del tiempo establecido? Dicho de otra forma: es necesario plantearse objetivos. Los objetivos nos dan algo hacia lo cual apuntar, hacen que nuestros esfuerzos se concentren, nos permiten medir nuestro éxito. Debemos proponernos objetivos, metas que sean un desafío, pero que sean también realistas, claras y mesurables; algunas para el corto plazo y algunas para el largo plazo.

Al estudiar a las personas que logran grandes metas es posible ver que todas tienen algo en común: utilizan el poder de la visualización para crear una imagen clara de su meta como si ya fuese realidad. Cuando se crea una imagen, una fotografía mental de lo que se desea alcanzar, la mente se encarga de mostrarnos el camino mediante el cual lograremos nuestro objetivo. Walt Disney solía decir: "Si puedes soñarlo, puedes lograrlo". La Universidad de Yale, dio una prueba irrefutable de la validez de este principio, con un estudio que realizó en el año de 1953. Ellos descubrieron que, de todos los estudiantes que se graduaban en aquel año, únicamente un 3% tenían metas fijas, objetivos claramente definidos y escritos en un papel, y los leían y examinaban con regularidad. Únicamente este pequeño grupo de estudiantes se había tomado el tiempo necesario para darle dirección a su vida y escribir aquello que era realmente importante para ellos. Veinte años más tarde, la universidad hizo un seguimiento a este grupo de profesionales y descubrió que el 3% que había escrito sus metas y definido claramente un plan de acción, había alcanzado logros cien veces mayores que el otro 97%.

La mayoría de los grandes desafíos se enfrentan mejor con una serie de objetivos intermedios. Este es un proceso mucho más alentador y también mucho más motivador. Propóngase pequeños objetivos, cúmplalos. Proponga otros nuevos, ligeramente más grandes. Alcáncelos, tenga éxito. Recuerde que el éxito no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer cosas ordinarias extraordinariamente bien, de conformidad con nuestros objetivos. Este proceso involucra básicamente dos pasos: contar con una preparación adecuada y tener sentido de urgencia.

Sin objetivos específicos es muy fácil quedar a la deriva, sin jamás hacernos cargo de nuestra propia vida. El tiempo se desperdicia porque no hay sentido de urgencia y no podemos medir nuestros logros.

Antes tenemos que hacernos cargo de nuestra propia vida, de nuestro destino, de nuestro futuro; como el poeta decía "Cada quien es el arquitecto de su propio destino".

La Ley de la Atracción establece, de manera simple, que aquello en lo que nos enfocamos, tiende a expandirse en nuestra vida. Si nuestros pensamientos están constantemente enfocados a obtener resultados positivos, en nuestras fortalezas o en nuestros hábitos de éxito, entonces eso será lo que manifestaremos en nuestra vida; pero si nos enfocamos en nuestras debilidades, veremos como éstas parecen ser cada vez mayores. Las personas, oportunidades u objetos que se nos presentan son semejantes en su carácter al nuestro.

Publicado en: Portal Informativo del Sistema Tecnológico de Monterrey
jlortiz@itesm.mx sep 27, 2011 9:08:21 a.m.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.