16 de mayo de 2009

¿Qué es la Ley de la Atracción y cómo funciona?

“Todo lo que somos es el resultado de nuestros pensamientos”.

Buda

Muchas veces pecamos al pensar que si nos sucede algo bueno, ha sido consecuencia del azar, no confiamos en nuestra propia capacidad para atraer el éxito. Si nos sucede algo bueno lo atribuimos a la buena suerte, como si no se tratara de algo que depende de nosotros. Hoy sabemos que cada uno de nosotros es capaz de atraer o alejar el éxito y la felicidad según sus propios pensamientos, creencias, actitudes y acciones. ¿Cuántas veces has escuchado esto?: "Yo creo en la Ley de Atracción pero a mí no me funciona", "La Ley de Atracción existe pero no sé cómo usarla", "La verdad he atraído cosas positivas a mi vida pero a veces no lo logro". ¿Sabías que la Ley de Atracción las has usado desde que tienes consciencia adulta? ¿Sabías que la Ley de Atracción forma parte de tu naturaleza humana?

Esta ley has sido conocida y aplicada por los hombres y las mujeres más grandes e influyentes de la historia como Buda, Jesucristo, San Ignacio de Loyola, Albert Einstein, Winston Churchill, Martin Luther King, La Madre Teresa, Bill Gates, etc. En términos simples, La Ley de la Atracción indica que atraes hacia tu vida aquello en lo que enfocas tu pensamiento de manera constante. Eres una especie de imán viviente: atraes todo aquello en lo que piensas –bueno o malo, consciente o inconscientemente–. Si piensas positivamente, atraerás situaciones y cosas positivas; si piensas negativamente, atraerás situaciones y cosas negativas. Si tus pensamientos dominantes se encuentran constantemente enfocados en obtener resultados positivos, en tus fortalezas o en hábitos de éxito, entonces eso será lo que se manifieste en tu vida. En otras palabras: aquello en lo que te enfocas tiende a expandirse en tu vida. Una vez que aceptas que eres el fabricante de tu propia realidad, verás que tienes el poder para cambiar esa realidad. La gente feliz y alegre parece que atrae a otra gente alegre y feliz. La persona que posea conciencia de prosperidad parece que encuentra ideas y oportunidades para hacer dinero. La ley de atracción actúa en todas partes y en todo momento.

Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino.”

Séneca

Los principios de la Ley de la Atracción se encuentran constituidos por simples normas que están al alcance de cualquier persona. Todos podemos aprenderlas y practicarlas hasta incorporarlas a nuestra vida en forma de hábitos. Sin embargo, para hacerlos parte nuestra, es necesaria la actividad disciplinada al repetirlos una y otra vez de manera sistemática y con un fin en mente. Esta ley es sin lugar a dudas la forma más corta y rápida para crear mejores relaciones, una salud óptima, mayores satisfacciones personales y gran prosperidad en la vida.

“Da tu primer paso con fe, no es necesario que veas la escalera completa, sólo da tu primer paso con fe.”

Martin Luther King

Mucha gente no sabe cómo trasladarse desde el sitio en el que encuentra hasta dónde quiere llegar. Con la Ley de Atracción, sin embargo, no es necesario tener todas las respuestas antes de comenzar. Siempre que tengas claro lo que quieres y con la clase de gente que te conviene asociarte, terminarás arrastrándola hacia tu vida.

Para atraer resultados positivos podemos iniciar desarrollando el hábito del agradecimiento: Elabora una lista de aquellas cosas o situaciones que puedes agradecer. Agradece todos los días: agradece este nuevo día que te ha dado la vida, tener vida, salud, contar con la riqueza invaluable de aquello que no cambiarías por dinero. Notarás que poco a poco tu lista se expande. Notarás un cambio de actitud en ti y ese cambio de actitud es como la atracción encuentra el camino hacia ti.

“Trabaja como si el éxito dependiera de tu propio esfuerzo, pero confía como si todo dependiera de Dios.”

San Ignacio de Loyola

En el Nuevo Testamento se encuentran numerosas referencias que ponen de manifiesto que la Ley de la Atracción, lejos de ser un planteamiento esotérico, en su esencia encierra muchos de los principios que Jesús compartiera con sus discípulos. La Biblia dice: “Pidan, y se les dará”; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre”. (Mateo 7:7-8). De las personas que utilizan correctamente la Ley de Atracción se dice en ocasiones que tienen “suerte”. Si su suerte consiste en haberse preparado disciplinadamente, desarrollado la actitud correcta, actuado sensatamente y con fe para obtener los resultados que deseaban, aprovechando los beneficios de la Ley de la Atracción; efectivamente, esas personas han tenido mucha suerte; tal como la tuvieron un puñado de jesuitas liderados por San Ignacio de Loyola hace más de cuatro siglos y medio, que llegaron e hicieron alrededor del mundo, lo que nunca antes un europeo hubiese siquiera imaginado y que hoy se han constituido, no obstante los innumerables obstáculos con los que se han enfrentado -dentro y fuera de la Iglesia Católica-, en la compañía religiosa más exitosa de la historia.

*Director de la Carrera de Ingeniería Mecánica, Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro, jlortiz@itesm.mx

Artículo publicado en el periódico “El Corregidor de Querétaro”, 15 de mayo de 2009, p. 7.

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