Corresponsables del barquismo.- El profesor "barco" no está solo en la irresponsabilidad que incurre, lo acompaña el coordinador o director de la carrera en que imparte sus "clases", ya que le permite llevar este comportamiento.
Un coordinador o director que se precie de ser serio y cumplido en sus funciones, debe vigilar la actuación docente de sus colaboradores: su asistencia, su puntualidad, su presentación, su léxico, sus conocimientos, su método didáctico, sus clases, sus tareas, sus prácticas, sus cuestionarios, sus evaluaciones y sus resultados a través de calificaciones: debe informarse constantemente con los alumnos de estos aspectos del curso y oportunamente, tomar las medidas pertinentes: pero si semestre a semestre le permite la defraudación de la enseñanza a través de su barquismo, o no se entera, o no quiere enterarse "por evitarse problemas", se convierte en cómplice, pensara yo de la actitud reprobable del profesor.
El alumno, desde luego es quizá el más responsable, el más culpable. Me estoy refiriendo al alumno de escuela superior, concretamente de licenciatura hacia arriba, él ya comprende, ya tiene plena conciencia del deber ser, y si permite tanta violación académica y desobediencias a la reglamentación, se está haciendo partícipe de la falta, es más, está adoptando una postura ilógica, absurda, está permitiendo el daño a sus intereses presentes y futuros. Estamos de acuerdo en que lo más seguro es que estos alumnos no tienen suficiente madurez para entender los reales alcances de la conducta del "barco", pero si saben y muy bien, que para aprender hay que asistir, estudiar, presentar trabajos, sustentar exámenes, y todo esto por la vía correcta, legal, educada, decente, y que si un profesor no les exige nada, todo se los permite; les pone sin merecimientos calificaciones aprobatorias, está infringiendo las normas, está alterando el orden social, indispensable para la búsqueda pacífica de los ideales del individuo. ¿Por qué no protestan? ¿Por qué no lo delatan? Porque para un gran número de estudiantes, lo más importante es aprobar la asignatura, del modo que sea, preferentemente el fácil, el que no requiere estudio, dedicación o sacrificio, el que se obtiene con un profesor "barco".
Estos alumnos piensan que el aprendizaje vendrá después con la práctica, con el transcurso de la vida; pero no se percatan que así como el profesor quedará siempre señalado como falto de ética, incumplido, irresponsable, infractor, conductor de jóvenes por caminos indebidos, él también estará identificado como mal estudiante, carente de ética, con carrera regalada por maestros "barcos", con mentalidad inclinada hacia el engaño, a lo falso. Ese alumno que comenzó desde joven a las conductas ilícitas es muy probable que como profesionista continúe ya con esas ideas tendientes a conseguir todo con medios indebidos, eso lo dañará, a él y quizá a su familia. En general acreditar asignaturas con profesores "barcos", desprestigia para siempre al estudiante.
Consideraciones legales
Además de todas las condiciones de tipo académico, moral y social que se han señalado, inciden otras que inciden en el campo jurídico; que representan por lo tanto, imperativos cuyo incumplimiento puede tener sanciones bastante importantes. Al respecto, podríamos ejemplificar con lo dispuesto en el artículo 56 del Estatuto del Personal Académico de la UNAM, institución que seguirá siendo la más respetada y completa dentro de la actividad educativa, que establece: "De las obligaciones de los profesores, inciso f): impartir enseñanza y calificar los conocimientos de los alumnos, sin considerar su sexo, nacionalidad, religión o ideología"; inciso k) "Realizar los exámenes en la fechas y lugares que fije el Consejo Técnico respectivo". Del reglamento General de Exámenes de la misma Casa de Estudios, "Artículo 1o. Las pruebas y exámenes tienen por objeto: a) Que el profesor disponga de elementos para evaluar la eficacia de la enseñanza y el aprendizaje, b) que el estudiante conozca el grado de capacitación que ha adquirido, c) que mediante las calificaciones obtenidas, se pueda dar testimonio de la capacitación del estudiante". Estos objetivos jamás podrán lograrse si el profesor no cumple con seriedad, honestidad y responsabilidad sus deberes de examinar y calificar imparcialmente, apartándose de cualquier sentimiento o motivo ajeno a su real desempeño escolar. Si el alumno no supo en los exámenes habrá que asignarle una calificación reprobatoria: no adquirió la capacitación: darle calificación aprobatoria en estos casos, es un engaño a la sociedad, es aportar falso testimonio, es violación flagrante a la norma indicada.
Dice el segundo párrafo del artículo 3o. del mismo ordenamiento citado: "Cuando el estudiante no demuestre tener los conocimientos y aptitudes suficientes en la materia, se expresará sí en los documentos correspondientes, anotándose NA, que significa: no acreditada. Esto claramente significa que el estudiante no sabe o no adquirió los conocimientos pretendidos, debe ser reprobado, no obsequiado.
En todas las escuelas se establece como obligación de los profesores el evaluar el aprendizaje otorgando calificaciones justas y adecuadas a la consecución de éste, pues es lógico, necesario, razonable.
Las normas que exigen tal conducta fueron meditadas, producto del consenso docente, siempre han existido y siempre existirán: el no cumplirlas por ser profesor "barco" entraña una infracción a las mismas que debiera merecer una sanción inmediata de su separación de toda actividad docente. El multicitado Estatuto del Personal Académico de la UNAM, como el de todas las instituciones educativas, señalan como causa de sanción: el incumplimiento de las obligaciones establecidas en dicho estatuto; y como posibles sanciones: a) el extrañamiento escrito, b) la suspensión de sus labores y c) la destitución. De lo anterior, se desprende que los centros educativos pueden legalmente destituir o prescindir de los servicios de un profesor si éste, con su conducta "barca" deja de cumplir sus obligaciones como docente.
Efectos del Barquismo
Ya en líneas anteriores hemos indicado algunos de los efectos, desde luego, todos dañinos del barquismo, pero los considero tan importantes y trascendentes que bien vale la pena enunciarlos en su totalidad.
1. Contra el país.- Al no exigírsele al alumno el aprendizaje de conocimiento y desarrollo de habilidades, al obsequiarles las calificaciones, que englobadas serían también un regalo del título profesional, los egresados de las diferentes carreras ingresarán al campo profesional con un bajísimo nivel de preparación, con el que de ninguna manera colaborarán al progreso nacional.
2. Contra la institución o instituciones en que presten sus servicios.- Al obsequiar las calificaciones no habrá capacitación ni preparación para el ejercicio profesional: la fama de las escuelas que padecen de esos profesores "barcos" decrece, es más se desprestigia enormemente.
3. Contra los profesores que sí cumplen con su deber.- La gente es muy afecta a generalizar; y si en la institución hay un gran número de profesores "barco", sus comentarios serán siempre que "todos" los de ella lo son, desprestigiando a los que son honestos, a los que sí actúan con ética y patriotismo.
4. Contra la familia.- Las expresiones burlescas y despectivas de los alumnos "víctimas" del barquismo, se extiende a los familiares de este tipo de profesores, provocando en sus hijos, hermanos o padres, un sentimiento de vergüenza, pues si comprenden éstos que esa actitud es triste, penosa, indebida y nada decorosa.
5. Contra los alumnos.- El barquismo, como se ha dicho, lleva al alumno a no estudiar, a no saber, al no prepararse para la vida; esto le hará más difícil el logro de metas y alcance de ideales; quizás le limiten sus pocos conocimientos el bienestar social, al que todos en principio, tenemos derecho. Además, la actitud del profesor "barco" vicia al alumno, lo hace flojo, irresponsable y lo acostumbra a lo fácil, a la dádiva, al alcance de propósitos, pero sin esfuerzo.
6. Al mismo profesor.- Por no cumplir con sus deberes docentes, que implican evaluaciones justas y honestas, puede ser sancionado, como ya expresamos, hasta motivar su despido. Su actitud "barca" lo desprestigiará ante sus alumnos, la familia de éstos y en general, ante la sociedad.
Recomendación Final
Para evitar todos estos males que origina la conducta indebida de un profesor "barco", los coordinadores, directores, rectores y altos funcionarios de los centros de enseñanza vigilarán permanentemente la actuación de sus profesores; frecuentemente les darán pláticas alusivas al buen desempeño docente; evitarán consignas contra el decoro universitario; amonestarán al profesor cuando sea necesario, quizás tendrán que destituirlo, pero sobre todas las cosas: sembrar en su conciencia la enorme responsabilidad que entraña el ser profesor, el dedicarse a una actividad, definitivamente la más importante y valiosa para toda sociedad, la que forma al hombre, la que le ayuda a madurar, a crecer, a sentir el servicio, la entrega y el amor al semejante: la educación.
Artículo publicado en el periódico El Financiero, pág. 27A, del día 6 de octubre de 1993, sección Enfoques.
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