12 de junio de 2009

Nuestro país es pobre porque mostramos, en general, actitudes pobres

A continuación reproduzco el mensaje que un colega me ha enviado y que me parece pertinente incluir en el blog, -lo reproduzco en cursivas para no violar derechos de autor-:


Estimadísimo José Luis:

Usted que es un ícono en este tema de los valores, ética y política:

** Una nota interesante de nuestra entorno:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/604309.html

** Y hablando de temas profundos como el plagio ó copy-paste... ideal para tema de conversación con nuestros alumnos:

http://contracorrientemx.wordpress.com/2009/06/12/antonio-sola-plagia-video-del-psoe-en-la-campana-de-fernando-elizondo-a-la-gubernatura-de-nuevo-leon/
http://www.fernandoelizondo.org/index.php?option=com_content&task=view&id=129&Itemid=131

Víctor Romero

10 de junio de 2009

El liderazgo de excelencia es un esfuerzo diario


José Luis Ortiz*


“Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra.”

George Bernard Shaw


Lo que se requiere hoy en día es algo mucho más complejo que el manejo empresarial de antaño, en el que el jefe era el jefe y se hacía lo que él decía y punto. Actualmente el manejo no es suficiente; hoy en día, el mundo se mueve con una velocidad vertiginosa y lo que se requiere es liderazgo. Quien posee esta competencia, ayuda a la gente a desarrollar todo su potencial, establecer una visión de futuro; alentar, preparar y conducir, y también iniciar y mantener relaciones interpersonales exitosas.

Todo liderazgo comienza por el liderazgo de sí mismo. Solo quienes conocen sus debilidades pueden enfrentarse a ellas e incluso superarlas. Los profesionales, gerentes y directivos cuyas carreras se estancan por falta de confianza en ellos mismos pueden renovar su trayectoria ascendente si identifican y atacan sus debilidades. Sin embargo nadie puede hacer que otro se conozca a sí mismo, por lo que los líderes tienen que hacerse ellos mismos. Mientras nuestras debilidades permanezcan ocultas, somos impotentes ante ellas. El proceso, a veces doloroso de sacarlas a la luz del día y entenderlas, es el primer paso para superarlas.

El líder no se deja guiar por la escala de la oportunidad, sino por la calidad de la respuesta; está comprometido deliberadamente en extraer de cada momento hasta el último ápice del potencial y tiene el talento para determinar cuando el compromiso se multiplica. Ninguna misión es motivadora mientras no sea personal, por lo que se hace responsable de su propio destino, de su propia vida, de su futuro; se traza metas y actúa para alcanzarlas, intentando aprovechar las escasas o elevadas oportunidades actuando inteligentemente. Se ha hecho responsable de sus acciones, se ha deshecho de las excusas, pretextos y justificaciones que le impiden utilizar su verdadero potencial.

Sabe que sus creencias determinan sus expectativas y que éstas influyen en su forma de actuar y su manera de actuar afectará los resultados que obtiene en su vida. Sabe que hay cosas en la vida que nunca aprenderá a menos que corra ciertos riesgos, que lo intente y si fracasa: aprende y lo vuelve a intentar aplicando los aprendizajes de los fracasos anteriores; porque el verdadero enemigo del éxito no es el fracaso, sino la mediocridad –el síndrome de lo estrictamente necesario–. No le importa cuántas veces caiga, si se levanta el mismo número de ocasiones.

Sabe que en lugar de solo desear que las circunstancias sean distintas, saca de ellas el mejor partido; en lugar de esperar que se presenten las oportunidades de oro, encuentra oro en las oportunidades disponibles. No es víctima de las circunstancias, él crea sus propias circunstancias.

Reconoce que las crisis personales son oportunidades extraordinarias de aprendizaje y crecimiento personal; de esta forma, la adversidad se convierte en buenaventura, el fracaso en sabiduría, el error en aprendizaje y si le hace retroceder, seguramente le prepara para dar un salto mayor hacia su autosuperación y la de la gente que le rodea.

Conoce que, en gran medida, sus competencias de liderazgo serán las que definan cuánto éxito habrá de lograr u cuán feliz habrá de ser.


Artículo publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", 5 de Junio de 2009, p. 9.

El Bono Educativo (II)

José Luis Ortiz*

Este sistema permite eliminar la administración centralizada del Estado y la creación de un mercado competitivo en la educación.

Si se establece el monto del bono de acuerdo al nivel educativo y desempeño de los alumnos, manteniendo un mínimo que garantice la obligatoriedad de la educación básica, se estarían estimulando elevados niveles de aprovechamiento mediante montos más elevados a los buenos estudiantes, con accesos que pudieran ser incluso gratuitos, a los centros educativos de excelencia. De esta forma se promueve una cultura de calidad y un círculo virtuoso: alto desempeño, mejores escuelas, mejor calidad educativa, mejor calidad de vida.

Existen funcionando esquemas similares de financiamiento en varios países del mundo, con las modalidades propias que cada nación ha ido adaptando.

En España, específicamente en la Comunidad Valenciana, se ha utilizado para los niveles preescolar y primario en escuelas concertadas de carácter privado, en los que los padres de familia inscriben a sus hijos con esta subvención estatal.

En Suecia, este sistema se aplica para toda la educación primaria y secundaria y ha generado un cambio revolucionario a nivel de la demanda y la oferta educativa.

Chile ha sido uno de los países latinoamericanos que ha asombrado al mundo con su política económica, imitada por muchas naciones - entre ellas México - en su sistema de pensiones privadas, como en el caso del bono educativo, cuya ejecución se ha visto afectada por la entrada y salida del poder de diversas corrientes políticas.

Colombia lo ha utilizado principalmente porque los recursos destinados a la enseñanza secundaria no estaban llegando a todos los poblados de la nación y buscaron nuevos modelos más eficaces y eficientes de distribución presupuestal.

En nuestro país, este tema no es nuevo y existen varios autores y legisladores que han insistido en las bondades de este sistema de financiamiento, a la vez de un medio para mejorar la calidad educativa, sustentado en la competitividad de las instituciones públicas y privadas por un mercado cuyos clientes lógicamente buscarán la mejor relación beneficio/costo. Roberto Salinas León, Adolfo Gutiérrez Chávez, Erick Guerrero Rosas, Ricardo Salinas Pliego y Juan de Dios Castro Muñoz, quienes han afirmado en diversas ocasiones el carácter impostergable de la Reforma Educativa.

Con el bono educativo se lograrían dos objetivos: uno fiscal y otro personal. En el primer caso se lograría detener de una forma importante el derroche en el gasto educativo; y por el otro lado se dotaría a los padres de familia y a los educandos de la libertad de elegir las escuelas que les parezcan más convenientes para su futuro. La tesis es que el efecto neto de esta ecuación sería mejorar la calidad de la oferta educativa, y por lo tanto, a la larga, del nivel de bienestar de la sociedad.

Una de las consecuencias esperadas más importantes sería que los padres se involucren más en la educación de sus hijos, toda vez que adquieren el derecho de elegir, y seguramente estarán muy interesados en que su decisión sea la más acertada. La actitud de los alumnos mejora, y los progresos académicos no tardan en aparecer.

Las escuelas comprobarían también que las cosas no pueden continuar funcionando igual, que si no mejoran, paulatinamente se verán disminuidos sus recursos. Y muy probablemente se verán forzadas a reducir su gasto de gestión al mínimo, para poder destinar mayor esfuerzo y recursos a la educación efectiva.

Con el bono educativo, podremos esperar una mayor calidad en la oferta educativa y como consecuencia la posibilidad de tener en México el sistema educativo de excelencia que reclama la sociedad para sus jóvenes en formación, cuya evolución pueda producir el cambio que nuestro país demanda, hacia un mejor futuro para nuestros hijos.


Publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", 29 de Mayo de 2009, p. 9.


El Bono Educativo (I)

José Luis Ortiz*

Un porcentaje muy elevado del gasto público destinado a educación se emplea en el gasto corriente y una cantidad mucho menor se dedica a inversión. Dentro del gasto corriente, el rubro de salarios resulta muy alto, lo que significa que quedan muy pocos recursos para otros renglones del gasto, tales como mantenimiento de escuelas, capacitación de profesores, mejora de la infraestructura, etc. Tampoco hay recursos suficientes para actividades destinadas a la investigación, desarrollo tecnológico e innovación educativos.

En varios países del mundo, se han enfrentado con problemas similares y se han aplicado diversas estrategias con respecto a su financiamiento para incrementar recursos de las escuelas y la calidad de los servicios educativos que ofrecen.

Milton Friedman - Premio Nobel en Economía en 1976 - publicó en 1955 su propuesta del bono educativo. Sin embargo fue hasta 1992 cuando el entonces Gobernador de Wisconsin decidió aplicarla por primera vez, a manera de prueba, en un pequeño condado de Milwaukee en las escuelas de educación elemental. Los resultados obtenidos con esta experiencia eran previsibles y contundentes: las escuelas cambiaron sus apariencias de edificios vetustos y descuidados a una nueva fisonomía en la que desaparecieron los grafitis y lucían limpias, ordenadas y remodeladas. Pero lo más importante es que se observaron cambios en el comportamiento del personal y los profesores: empezaron a llegar temprano, preparaban sus clases, interactuaban con los padres de familia, etc. En fin, la transformación fue sorprendente.

El cambio se debió a la idea de Friedman que consiste en que el gobierno deje de subsidiar a las escuelas, es decir, que deje de pagar de forma directa el cheque quincenal a los profesores, empleados y directivos y no se destinen presupuestos para el mantenimiento, infraestructura y otros gastos de operación, sino que crear un sistema de bonos, que en realidad son cheques que se entregan directamente a los padres de los alumnos para que ellos paguen la colegiatura en las escuelas de su libre elección. Estos bonos solamente podrían ser válidos en colegios y no se podían transferir a otros alumnos.

Algunos de los rasgos fundamentales de este sistema de financiamiento de la educación son:

1. El Estado sigue subsidiando a la educación, pero los recursos no se asignan a la oferta (las escuelas) sino a la demanda (los alumnos). Cada mes, semestre o año, el alumno o padre de familia va al banco para recoger su bono para pagar la colegiatura.

2. La educación continúa siendo gratuita, pues a pesar de que los alumnos pagan, ese dinero no sale de su bolsillo, sino del subsidio que el gobierno da directamente al alumno o al padre de familia.

3. El alumno o padre de familia son libres de elegir la escuela de su preferencia. Si no les agradan los servicios del plantel, pueden cambiar de escuela. Es un sistema de premios y castigos. En caso de elegir una escuela privada, el cheque o bono educativo cubre una parte proporcional de su colegiatura y el padre de familia deberá cubrir el resto.

4. Se requiere de una evaluación permanente y transparente tanto de las escuelas, como de los alumnos y para que los padres de familia tengan la información necesaria para hacer su elección.

5. La escuela pública ya no recibe en su totalidad dinero directo del gobierno, sino de los propios estudiantes. Se trata pues, de un subsidio indirecto, de tal suerte que la escuela sabe que sus ingresos dependen de la cantidad de alumnos que pueda conquistar y retener. Si tiene muchos alumnos, tendrá más recursos.

6. Las escuelas cuentan con el total derecho de contratar o despedir personal, así como de dictar sus propias políticas de seguros, salud, etc.

7. La organización interna para la toma de decisiones queda al criterio absoluto de los profesores. Podían organizarse como cooperativa, como sociedad anónima, etc.

*Publicado en el periódico "El Corregidor de Querétaro", 22 de mayo, p. 9.